Buenas
Llevo una semana sin poder sacarme el "cantares" de Serrat/Machado de la cabeza, asi que una cosa lleva a la otra, de cantar a leer, y de Machado a Hernandez...
Resumiendo, os dejo una de las ultimas que he leido y mas me han gustado, que algo de poesa siempre es buena para el alma... (joder, que cursi me ha quedado :S )
P.D. Si alguien prefiere la poesia mas contemporanea y dura, buscad a ese gran desconocido que es "Jose Maria Fonollosa" ("ciudad del hombre: Barcelona" es genial y el poema/testamento final que lo acompanya, de lo mejorcito que he leido)
EL NIO DE LA NOCHE
Rindose, burlndose con claridad del da,
se hundi en la noche el nio que quise ser dos veces.
No quise ms la luz. Para qu? No saldra
ms de aquellos silencios y aquellas lobregueces.
Quise ser... Para qu?... Quise llegar gozoso
al centro de la esfera de todo lo que existe.
Quise llevar la risa como lo ms hermoso.
He muerto sonriendo serenamente triste.
Nio dos veces nio: tres veces venidero.
Vuelve a rodar por ese mundo opaco del vientre.
Atrs, amor. Atrs, nio, porque no quiero
salir donde la luz su gran tristeza encuentre.
Regreso al aire plstico que alent mi inconsciencia.
Vuelvo a rodar, consciente del sueo que me cubre.
En una sensitiva sombra de transparencia,
en un ntimo espacio rodar de octubre a octubre.
Vientre: carne central de todo lo existente.
Bveda eternamente si azul, si roja, oscura.
Noche final en cuya profundidad se siente
la voz de las races y el soplo de la altura.
Bajo tu piel avanzo, y es sangre la distancia.
Mi cuerpo en una densa constelacin gravita.
El universo agolpa su errante resonancia
all, donde la historia del hombre ha sido escrita.
Mirar, y ver en torno la soledad, el monte,
el mar, por la ventana de un corazn entero
que ayer se acongojaba de no ser horizonte
abierto a un mundo menos mudable y pasajero.
Acumular la piedra y el nio para nada:
para vivir sin alas y oscuramente un da.
Pirmide de sal temible y limitada,
sin fuego ni frescura. No. Vuelve, vida ma.
Mas, algo me ha empujado desesperadamente.
Caigo en la madrugada del tiempo, del pasado.
Me arrojan de la noche. Y ante la luz hiriente
vuelvo a llorar desnudo, como siempre he llorado.
Miguel Hernandez Gilabert
(Orihuela, 30 de octubre de 1910 Alicante, Espaa, 28 de marzo de 1942)
Llevo una semana sin poder sacarme el "cantares" de Serrat/Machado de la cabeza, asi que una cosa lleva a la otra, de cantar a leer, y de Machado a Hernandez...
Resumiendo, os dejo una de las ultimas que he leido y mas me han gustado, que algo de poesa siempre es buena para el alma... (joder, que cursi me ha quedado :S )
P.D. Si alguien prefiere la poesia mas contemporanea y dura, buscad a ese gran desconocido que es "Jose Maria Fonollosa" ("ciudad del hombre: Barcelona" es genial y el poema/testamento final que lo acompanya, de lo mejorcito que he leido)
EL NIO DE LA NOCHE
Rindose, burlndose con claridad del da,
se hundi en la noche el nio que quise ser dos veces.
No quise ms la luz. Para qu? No saldra
ms de aquellos silencios y aquellas lobregueces.
Quise ser... Para qu?... Quise llegar gozoso
al centro de la esfera de todo lo que existe.
Quise llevar la risa como lo ms hermoso.
He muerto sonriendo serenamente triste.
Nio dos veces nio: tres veces venidero.
Vuelve a rodar por ese mundo opaco del vientre.
Atrs, amor. Atrs, nio, porque no quiero
salir donde la luz su gran tristeza encuentre.
Regreso al aire plstico que alent mi inconsciencia.
Vuelvo a rodar, consciente del sueo que me cubre.
En una sensitiva sombra de transparencia,
en un ntimo espacio rodar de octubre a octubre.
Vientre: carne central de todo lo existente.
Bveda eternamente si azul, si roja, oscura.
Noche final en cuya profundidad se siente
la voz de las races y el soplo de la altura.
Bajo tu piel avanzo, y es sangre la distancia.
Mi cuerpo en una densa constelacin gravita.
El universo agolpa su errante resonancia
all, donde la historia del hombre ha sido escrita.
Mirar, y ver en torno la soledad, el monte,
el mar, por la ventana de un corazn entero
que ayer se acongojaba de no ser horizonte
abierto a un mundo menos mudable y pasajero.
Acumular la piedra y el nio para nada:
para vivir sin alas y oscuramente un da.
Pirmide de sal temible y limitada,
sin fuego ni frescura. No. Vuelve, vida ma.
Mas, algo me ha empujado desesperadamente.
Caigo en la madrugada del tiempo, del pasado.
Me arrojan de la noche. Y ante la luz hiriente
vuelvo a llorar desnudo, como siempre he llorado.
Miguel Hernandez Gilabert
(Orihuela, 30 de octubre de 1910 Alicante, Espaa, 28 de marzo de 1942)