Mi trabajo como guardaespaldas personal me lleva a un pequeo pueblo en un pas que es distinguido por sus fenmenos meteorolgicos extremos. Soy empleado por un caballero que teme por su vida, amenazado, como es l, por oscuras amenazas de violencia enfermiza libradas por personas desconocidas por telfono. Despus de algunas investigaciones preliminares, queda claro que las llamadas telefnicas son un invento producido por la imaginacin de mi cliente. No obstante, su miedo es real y me empiezo a preguntar si, a pesar de las apariencias, haya algo de verdad en sus miedos. Mi curva se prueba cuando, una noche, los gritos guturales de mi cliente me llaman a su habitacin. All, movindose de pie a pie e hiperventilando con feral calor, est una asquerosa criatura del infierno. El demonio me echa una mirada y parece descartarme como un actor secundario en este drama. Est esgrimiendo un gran machete hacia mi cliente, saboreando el miedo que ste engendra. Mi cliente me est lloriqueando para que haga algo.
De hecho, haba sospechado que podran haber demonios al final de este trabajo, y haba tomado la precaucin de conseguir un engaoso machete de manufactura de madera dbil. Embromo al demonio con burlas infantiles, y, mientras se precipita sobre m, de forma dextrosa cambio los machetes.
Es slo un poco ms tarde, cuando la cabeza de mi cliente es rebanada, que me doy cuenta que haba cometido un error. Mi carrera est terminada.
De hecho, haba sospechado que podran haber demonios al final de este trabajo, y haba tomado la precaucin de conseguir un engaoso machete de manufactura de madera dbil. Embromo al demonio con burlas infantiles, y, mientras se precipita sobre m, de forma dextrosa cambio los machetes.
Es slo un poco ms tarde, cuando la cabeza de mi cliente es rebanada, que me doy cuenta que haba cometido un error. Mi carrera est terminada.