Hoy he recibido una petición de lo más extraña, sobre todo partiendo de quien ha partido.
La hija mayor de un buen amigo (13 años) me ha pedido que le enseñe a ella y a sus amigas y amigos técnicas de supervivencia.
De piedra me he quedado, me han venido con el rollo de que tarde o temprano el mundo se va a ir a la mierda, que la sociedad se va a ir a tomar por donde amarga el pepino y que quieren formar un grupo para estar preparados.
No he entrado en demasiados detalles, pero sospecho que la culpa de ésto la tienen series y películas como The Walking Dead, El Libro de Eli, La Carretera...
Vamos a ver, voy a desglosar y razonar mis argumentos para haber rechazado su petición.
1. (Y me vais a perdonar los creyentes en el apocalipsis zombie) Veo poco probable que un suceso de ese tipo llegue a ocurrir y en caso de que ocurra, me viene a la cabeza una imagen que vi en una tira cómica...
Bien, primer argumento expuesto, vamos a por el segundo.
2. No tengo ni ganas ni tiempo de aguantar a más de una docena de adolescentes con las hormonas alcanzando el punto de masa crítica, por que seguro que más de uno/a se apuntará por que fulanito/a se va a apuntar y cada vez que le mira se le llena el estómago de mariposas, con lo que tendría que repartir bozales y ronzales (los anteojos que se les ponen a los burros para que sólo miren al frente) y hacerme con un atizador eléctrico y un látigo para hacerme con el control de la situación.
3. Tampoco tengo muchas ganas de que agentes de la ley me pregunten si estoy entrenando a un mini ejército particular
4. Desconozco las aviesas intenciones de semejante grupo para querer aprender a sobrevivir en la naturaleza más salvaje, luchar cuerpo a cuerpo a manos desnudad, con cuchillos y armas contundentes, preparar trampas, moverse con sigilo... me ha preocupado especialmente el énfasis que pusieron en lo de aprender a hacer fuego.
Así que, por lo anteriormente expuesto he decidido decirles "Gracias, me siento halagado de que hayáis pensado en mi, pero no, gracias"
Quizás, cuando tenga un/a hijo/a propio/a me lo lleve de vez en cuando de excursión al campo y a medida que vea su interés y/o curiosidad en la materia, pueda empezar a enseñarle cosas sencillas y a medida que vez su madurez, pasar a cosas más complejas y de mayor calado hasta llegar a la supervivencia extrema si así me lo pide y le veo con la cabeza lo suficientemente amueblada para ello, pero hasta entonces, lo siento, no voy a ser instructor de supervivencia de nadie.