La vida es como el boxeo,
llevas preparándote para esa gran batalla, que todavía no llega, pero sigues peleando en esa misma división que ya dominas, que ya no perteneces, que ya no sientes el peso del reto y de los rivales.
La vida es como el boxeo,
si desistes esa gran oportunidad, ese cambio de categoría nunca llegará, y la tomará otro que no tenga más talento que tú, sino que fue más paciente y disciplinado.
La vida es como el boxeo,
porque todo el entrenamiento muchas veces se condensa en una gran batalla, y te das cuenta que el resultado no era lo importante, era el proceso y toda la disciplina, paciencia, humildad y bondad que te enseño.
La vida es como el boxeo porque no gana el más talentoso, gana el que después de cada caída, por más dolorosa que sea, está dispuesto a volver a subir al ring y aguantar un round más.