Qu es lo que digo?
Ocupando la posicin de didacta, un sujeto supuesto al saber, no era Freud el que asustaba a sus interlocutores al advertirles saber "que la enseanza trata siempre de disimular al principio a los estudiantes las dificultades y las imperfecciones de la materia enseada. Mas esta conducta no puede seguirse en el psicoanlisis" [Freud, 197: 103]. Transferan a su persona una inquietud ante su transgresin de pasar ms all del poste de lo tab, el lmite del universo oficialmente permitido.
Lacan acotaba [1957] que Freud, ms que comparable a Coln como "descubridor" de un "nuevo" continente, lo era a Champollion como descifrador de jeroglficos: aqul que ha encontrado la clave, la lgica de un saber que se haba ocultado y aparentemente enmaraado tras el ocaso de aquellos egipcios, que cedieron la claridad a los griegos. No deba haber sido novedad ni haber producido sorpresa ni desconcierto al "espritu cientfico" y "positivo" haber hecho racional lo que haba permanecido "irracional", pero, obstinados, en estos asuntos haban mostrado en el fondo demasiado corazn de Pascal como para no espantarse. Claro, esta vez no callaban: el obligado silencio haba sido levantado y eso hablaba.
La oscuridad no estaba en el "objeto" sino en el sujeto que se haba escindido de l, no queriendo, y al final no pudiendo, reconocerle o reconocerse en l a s mismos. "El objeto del psicoanlisis es precisamente lo que Freud descubri, es decir el Inconsciente. Para acceder a l el psicoanlisis cuenta con un nico medio: la palabra. Toda su eficacia reside en ella" [Brodsky, 1980: 5]. Haban censurado captulos, libros, de sus vidas, de su ser: no queriendo publicarlo la entidad oficial, hallaba su salida por contrabando, sin saldos a favor del que se deca amo de la casa. "El inconsciente es ese captulo de mi historia que est marcado por un blanco u ocupado por un embuste: es el captulo censurado. Pero la verdad puede volverse a encontrar; lo ms a menudo ya est escrita en otra parte" [Lacan, 1972: 80].
Lo que quedaba inscrito mas perdido en un conveniente olvido, un resto cuyo retorno era a su vez fuente de inconveniencias, tena que ser recobrado por el nuevo racionalismo con inciertos tanteos, y muchos, asustados y exigiendo una claridad perfecta que tuviera por gua a una luminaria como Virgilio, retrocedan y se resistan a aventurarse por esos senderos. "El status del inconsciente, tan frgil en el plano ntico, es tico. Freud dice: Sea como fuere, hay que ir a ver, porque, en alguna parte, el inconsciente se muestra" [Lacan, 1986: 41].
El sapere aude! del Siglo de las Luces deba ser escuchado de nuevo, se tena que ser audaz: "si este hecho os parece inadmisible, o estis habituados a mayores certidumbres y a deducciones ms elegantes, podis dispensaros de seguirme, e incluso creo que haras bien en abandonar por completo el estudio de los problemas psicolgicos, pues es de temer que no encontris en l aquellos caminos exactos y seguros, nicos que estis dispuestos a seguir" [Freud, 197: 103].
Pero qu se iban a poner a buscar all, o ms all? Sujetos de la certeza, o sujetos y esclavizados a la certeza solipsista de la metdica cartesiana en la verificabilidad de la res extensa y la no intromisin de la res cogitans asptica y prstina, autnoma y transparente, no eran, sin embargo, capaces de poner en duda una identidad que haban establecido: certeza, exactitud, verdad y que el lugar donde pensaban fuese otro que ste. Eran incapaces de concebir "la diferencia radical que se abre entre exactitud y verdad, diferencia que separa al psicoanlisis de todas las prcticas que excluyen al sujeto del goce y del sufrimiento implicados en su sntoma, el camino de una ciencia que excluya al sujeto de la palabra y del lenguaje es un camino sin salida" [Miquel Bassols, en Miller, 1997: 8].
Pues bien, algo se les escapaba por ese camino que no haban seguido o con cuyo cierre haban tropezado, y como que era algo importante, porque su falta y la herida que dejaba abierta, no se haca sino ms dolorosa cuanto ms renegada, parapetada o suturada (quizs haban dejado el instrumental dentro). Algo tan real como su venerada "extensin" mucho les dola, y sin embargo, eran incapaces de aprehenderlo, de captarlo, por la paradjica voluntad de no soltarlo, de no dejarlo ir en su deseo de guardarlo, ahogando, dificultando e imposibilitando la comunicacin de su sufrimiento. "El sujeto va mucho ms all de lo que el individuo experimenta subjetivamente, tan lejos exactamente como la verdad que puede alcanzar, y que acaso salga de esa boca que acabis de cerrar ya" [Lacan, 1972: 85]. Ni las sofisticadas palabras de sus ciencias de lo tangible ni la enrevesada jerga hegeliana en sus elevados efluvios barrocos, podan abarcar toda esa realidad, imposible de retener en las manos abiertas como puados de arena seca. Se escurra.
"El inconsciente es lo evasivo, pero logramos circunscribirlo en una estructura, una estructura temporal" [Lacan, 1986: 40]. El de la causa freudiana es un nuevo intento de contencin de lo real. Tomando por trozos los eslabones de la cadena, se acercara a la verdad, pondra cerco a lo real escurridizo, conocer sus determinaciones, su historia. El psicoanalista es historiador que pretende darle sentido a una vida. Su significacin a travs de los significantes que la han configurado. Es la historia de una lengua la que quiere trazar el analista. "Sus medios son los de la palabra en cuanto que confiere a las funciones del individuo un sentido; su dominio es el discurso concreto en cuanto campo de la realidad transindividual del sujeto; sus operaciones son las de la historia en cuanto que constituye la emergencia de la verdad en lo real" [Lacan, 1972: 78].
Ante todo, procede por la introduccin de una regla fundamental: djelo orse, djelo hablar, hable y diga todo, sin callar, diga todo lo que se le ocurra. Es hablar ad libitum, y luego, en algn momento hablar la libido. "Para liberar la palabra del sujeto, lo introducimos en el lenguaje de su deseo, es decir en el lenguaje primero en el cual ms all de lo que nos dice de l, ya nos habla sin saberlo, y en los smbolos del sntoma en primer lugar" [Lacan, 1972: 112]. Y entonces brota, mana, con todo su caudal, y no cede ante los diques que el sujeto sorprendido intenta levantar ante la ruptura del bien guardado silencio: "no es sino con las palabras que el sujeto puede decir lo que casualmente no quera en absoluto decir" [Brodsky, 1980: 7]. Pero al decirlo todo, nos dice que l no es todo l. En el psicoanlisis se objeta "toda referencia a la totalidad en el individuo, puesto que el sujeto introduce en l la divisin, as como en lo colectivo que es su equivalente. El psicoanlisis es propiamente lo que reduce al uno y al otro a su posicin de espejismo" [Lacan, 1972: 111].
Espejismo, cuestin de la imagen, de lo imaginario, de la dada fundamental establecida entre paciente y analista, donde entra a hablar un tercero no invitado, no previsto por el paciente, pero siempre presente y siempre actuante. El analista "escucha a un sujeto que, desbordado por sus propias palabras, no sabe lo que dice: que siempre dice ms o menos de lo que l cree que dice para quien sabe escucharlo. Escucha a un sujeto que no es dueo de su decir, que no es amo de s mismo. Es un sujeto sujetado a un sistema de determinaciones, algunas de las cuales el psicoanlisis intentar descifrar" [Brodsky, 1980: 7].
Aqu, si el psicoanalista es un cientfico, la suya no sera una ciencia "natural", sino la ciencia "humana" de la filologa y la "social" de la lingstica. "El sntoma se resuelve por entero en un anlisis del lenguaje, porque l mismo est estructurado como un lenguaje, porque es lenguaje cuya palabra debe ser librada" [Lacan, 1972: 89]. En este momento, la posicin del psicoanalista es la del lingista, "En cuanto se habla, de hecho uno es hablado por la lengua. El descubrimiento del inconsciente por Freud no es sino esto. Cuando el psicoanalista invita al sujeto a hablar, el sujeto se descubre inmediatamente l mismo hablado por la lengua, como lo ha estado desde siempre" [Miller, 1984: 33].
Son otras voces las que hablan en el analizante: el dilogo que cree sostener intersubjetivamente con el analista, es heteroglsico. "El inconsciente es aquella parte del discurso concreto en cuanto transindividual que falta a la disposicin del sujeto para reestablecer la continuidad de su discurso consciente" [Lacan, 1972: 79]. Sus palabras no las admite primeramente como suyas. Ya son aejas, pero se resistira a reconocerles aire de familia. Un saber que por no sabido cree ignorar y que le es ajeno. "Una palabra es, en realidad, la repeticin del discurso del Otro, es una cita" [Miller, 1997: 50].
El mensaje transportado por esta trama intertextual es que el inconsciente del sujeto es el discurso del otro [Lacan, 1972: 85]. Hay una antropologa subyacente a la experiencia analtica. "El descubrimiento del psicoanlisis es que el lenguaje transforma al individuo humano hasta en su cuerpo, en lo ms profundo de s mismo, que transforma sus necesidades, que transforma sus afectos" [Miller, 1984: 33]. Es tanto una antropologa dialgica como una tanatolgica. "El rasgo fundamental valorizado por la experiencia analtica es que el hombre es un viviente, pero un viviente que habla [Lacan acua el trmino parltre], lo cual incluso tiene consecuencias en su cuerpo, que la estructura esclaviza al sujeto, que lo fragmenta en efectos de significante" [Miller, 1984: 21]. Es ser que habla que se hace ser para la muerte en tanto que sufre por la divisin que introduce el lenguaje entre l y el mundo.
Pero lo que repercute en escisin le era necesario para su mediacin, vehculo de realizaciones y exigencias. "Las necesidades del hombre estn completamente transformadas en l por el hecho de que habla, por el hecho de que dirige demandas al Otro, ese Otro que Lacan llama el Otro omnipotente de la demanda" [Miller, 1984: 22] . Hay por principio una imposibilidad de comunicacin. En cuanto se hace de la palabra para dirigirse a otro, se sujeta al otro. "Lo que busco en la palabra es la respuesta del otro. Lo que me constituye como sujeto es mi pregunta. Para hacerme reconocer del otro, no profiero lo que fue sino con vistas a lo que ser. Para encontrarlo, lo llamo con un nombre que l debe asumir o rechazar para responderme. Me identifico en el lenguaje, pero slo perdindome en l como un objeto" [Lacan, 1972: 117].
En cuanto calla por su sorpresa, niega, en una convulsin por la libertad, ser objeto de sujecin, sta se manifiesta en sntoma que contina hablando, interfiriendo su voz con lo que se pretenda tener el control de decir. Luego, principio y necesidad de una imposibilidad: falla structurale y structurelle. Si al psicoanlisis le subyace una antropologa, debatida entre placer y goce, entre pulsiones de Eros y Thanatos, ante todo es la lgica de una cura. "La cura es un proceso fundamentalmente intersubjetivo en el curso del cual el sujeto es llevado a reestablecer la continuidad de su historia que el sntoma interrumpe. La cura opera porque permite dar significacin retroactiva a lo que permaneci opaco para el sujeto en su experiencia" [Miller, 1984: 15].
El sujeto reconoce sus recorridos, sus determinaciones. A la pregunta qu soy yo para el otro?, contrapone qu es el otro para m?. Cul es en l el lugar de sus experiencias. El cuestionamiento de la posicin de un sujeto con relacin al yo de su discurso. Qu soy yo y mis circunstancias sino yo? "El hecho de ser psicoanalizado, no se trata de ninguna otra cosa sino de conocer su historia" [Lacan, 1957: 10]. Esta historia es la historia del propio deseo, y lo que de la cura analtica se espera es el reconocimiento de esta historia, no la "ortopedia" de un yo imaginario, reforzado slo para servir de suela a zapato ajeno. Adaptado, calzado a la medida de la voluntad de poder de otros sujetos naturalizada como lo real. "La meta de toda salud no consiste como se cree en adaptarse a un real ms o menos definido, organizado, sino en hacer reconocer su propia realidad, en otras palabras, su propio deseo" [Lacan, en Brodsky, 1980: 8]. El analista no es director espiritual, no es agente colonial ni funcionario del Estado omnipotente. Sin embargo, el analizante insiste en poner en l saber que es suyo, el que debe producir por s mismo para reconocer su deseo, que pone en el otro, que "debe" saber "algo" que "no me dice", "qu es lo que sabr?", "dgame ya qu me pasa!". Pero, es que habr procurado orse? Cul es su relacin con "su" palabra? La palabra de otro
"El analista tiene la funcin de garantizar la experiencia analtica, es decir que interviene legtimamente en tanto que Otro, en tanto que amo, maestro cuando se trata de mantener el marco de la relacin analtica, y que en el seno de este marco es el paciente quien realiza un trabajo, una tarea que toma tiempo. El acto en tanto que simblico corresponde al psicoanalista, consiste en plantear el axioma: todo tiene una causa. El trabajo, la produccin estn del lado del analizante" [Miller, 1984: 99]. Una produccin de la que responde. Al reconocer el propio deseo como propio del sujeto, ste asume la responsabilidad por l aun dentro de sus determinaciones transindividuales.
Si el inconsciente, estructurado como un lenguaje, se extiende como l fuera de las fronteras del propio cuerpo y de su propio tiempo en el mundo, no por ese ms all deja de estar ms ac del sujeto. "Es un error pensar, en el anlisis, que el inconsciente sea el responsable de las cosas por las cuales alguien sufre. Si as fuese destituiramos al sujeto de su responsabilidad" [Miller, 1997: 70]. Y en cuanto es la asuncin de la responsabilidad del propio deseo, se trata de un acto de tica, o de una tica de nuestros actos. "El deseo es solamente susceptible de una tica, tica que Lacan formul en la forma siguiente: no ceder en cuanto a su deseo, y el sntoma es precisamente eso, ceder en cuanto a su deseo" [Miller, 1984: 23].
El psicoanlisis se constituira as como subversin de la epistemologa, en cuanto a que su modelo discursivo no es el de la ciencia. Habr mostrado cunto tiene de filologa, lingstica, medicina, historia, hermenutica, pero el sujeto de la ciencia, homlogo al sujeto del discurso de la histrica, un sujeto que sufre por su divisin, su escisin por el significante, no es lo que busca producir el psicoanlisis, un "mtodo de verdad y de desmitificacin de los camuflajes subjetivos" [Lacan, 1972: 64]. El psicoanlisis teniendo por modelo discursivo al del analista, es una tica, y antes que dividir al sujeto, "lo que produce el psicoanlisis es la subversin del sujeto busca hacerlo surgir para que llegando cada quien a lo imposible de decir que le es particular pueda habrselas mejor con l" [Strozzi, 1999: 267].
El mltiple inters del psicoanlisis no se trata del establecimiento de dilogos entre saberes que se han segmentado. El mltiple inters del psicoanlisis est en el sujeto por fin recobrado, perdido y escindido en el cogito cartesiano. Pero en estos tiempos tras la moda estructuralista, que elimin toda referencia al sujeto y toda opcin a la libertad dentro de la crcel del lenguaje, el del psicoanlisis no es el mltiple inters que genere en cuanto metapsicologa o acto fallido de parasociologa, como figur algn momento en la elaboracin freudiana, ya distinguindose desde all del modelo de la ciencia, al que Bachelard, de hecho, demandaba psicoanalizar. S, la va del psicoanlisis es la introduccin de una tica, en estos tiempos de "post-estructuralismo", vaguedad y nihilismo, donde, peor an que la elisin del sujeto, se proclama la "muerte del hombre". No extraa que pululen pretendientes a superhombres, ms all de la muerte, y que se ofrezcan como nuevos amos para todos los hombres que ya desfallecidos no se dejan or, pues toda ocasin les es negada (no est en el Cdigo la posibilidad de su mensaje no est sino en violacin de una "Constitucin"!). La lgica del nuevo jefe, igualito al anterior, es una tanato-lgica exacerbada, y el significado de las palabras y las condiciones de la convivencia y la comunicacin dependen de la voluntad de poder de estos huevos quebradizos ubicados sobre el muro del lenguaje. Si la promesa terrible de que "ahora todo es posible" es la amenaza del goce sin lmite, el psicoanlisis es, no la exigencia de una revolucin, pero s quiz una urgente necesidad.
Obras consultadas
* Auzias, Jean-Marie (1970): El estructuralismo. Madrid: Alianza Editorial.
* Batista, Guillermo y Viviana Rosenzwit (2002): "E-mailiando con Guillermo Batista". http://www.vivilibros.com/e-mailiando/
* Brodsky, Graciela y Laura Corbaln (1980): Quin es Lacan? Caracas: El Diario de Caracas.
* Cottet, Serge (1988): "Pienso donde no soy, soy donde no pienso". En: G. Miller, ed., Presentacin de Lacan. Buenos Aires: Manantial.
* Freud, Sigmund (197): Introduccin al psicoanlisis. Madrid: Alianza Editorial.
* Lacan, Jacques (1957): "Entrevista con Jacques Lacan" en L'Express. http://ww.eListas.net/foro/tlon
* Lacan, Jacques (1972): "Funcin y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanlisis". En: Escritos I. Mxico: Siglo Veintiuno Editores.
* Lacan, Jacques (1983): "Introduccin del Gran Otro". En: El Seminario Libro 2: El yo en la teora de Freud y en la tcnica psicoanaltica. Buenos Aires: Ediciones Paids.
* Lacan, Jacques (1984): "Posicin del inconsciente". En: Escritos II. Mxico: Siglo Veintiuno Editores.
* Lacan, Jacques (1986): El Seminario Libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis. Buenos Aires: Editorial Paids.
* Leader, Darian y Judy Groves (2000): Lacan para principiantes. Buenos Aires: Era Naciente.
* Len Vivas, Eduardo (2002): "La importancia de la sexualidad en el psicoanlisis". Mimeografiado.
* Miller, Jacques-Alain (1984): Recorrido de Lacan: ocho conferencias. Editorial Hacia el Tercer Encuentro del Campo Freudiano.
* Miller, Jacques-Alain (1990): "La lgica del significante". En: Matemas II. Buenos Aires: Ediciones Manantial.
* Introduccin al mtodo psicoanaltico. Buenos Aires: Editorial Paids.
* Palmer, Bryan D. (1990): Descent into Discourse: The Reification of Language and the Writing of Social History<. Filadelfia: Temple University Press.
* Strozzi, Susana (1989): "Lacan: un hombre de palabra". Suplemento Cultural de ltimas Noticias, n 1106.
* Strozzi, Susana (1999): "Psicoanlisis, ciencia y universidad". En: J. J. Martn Frechilla y Y. Texera Arnal, comp., Modelos para desarmar: Instituciones y disciplinas para una historia de la ciencia y la tecnologa en Venezuela. Caracas: Consejo de Desarrollo Cientfico y Humanstico de la Universidad Central de Venezuela.
Ocupando la posicin de didacta, un sujeto supuesto al saber, no era Freud el que asustaba a sus interlocutores al advertirles saber "que la enseanza trata siempre de disimular al principio a los estudiantes las dificultades y las imperfecciones de la materia enseada. Mas esta conducta no puede seguirse en el psicoanlisis" [Freud, 197: 103]. Transferan a su persona una inquietud ante su transgresin de pasar ms all del poste de lo tab, el lmite del universo oficialmente permitido.
Lacan acotaba [1957] que Freud, ms que comparable a Coln como "descubridor" de un "nuevo" continente, lo era a Champollion como descifrador de jeroglficos: aqul que ha encontrado la clave, la lgica de un saber que se haba ocultado y aparentemente enmaraado tras el ocaso de aquellos egipcios, que cedieron la claridad a los griegos. No deba haber sido novedad ni haber producido sorpresa ni desconcierto al "espritu cientfico" y "positivo" haber hecho racional lo que haba permanecido "irracional", pero, obstinados, en estos asuntos haban mostrado en el fondo demasiado corazn de Pascal como para no espantarse. Claro, esta vez no callaban: el obligado silencio haba sido levantado y eso hablaba.
La oscuridad no estaba en el "objeto" sino en el sujeto que se haba escindido de l, no queriendo, y al final no pudiendo, reconocerle o reconocerse en l a s mismos. "El objeto del psicoanlisis es precisamente lo que Freud descubri, es decir el Inconsciente. Para acceder a l el psicoanlisis cuenta con un nico medio: la palabra. Toda su eficacia reside en ella" [Brodsky, 1980: 5]. Haban censurado captulos, libros, de sus vidas, de su ser: no queriendo publicarlo la entidad oficial, hallaba su salida por contrabando, sin saldos a favor del que se deca amo de la casa. "El inconsciente es ese captulo de mi historia que est marcado por un blanco u ocupado por un embuste: es el captulo censurado. Pero la verdad puede volverse a encontrar; lo ms a menudo ya est escrita en otra parte" [Lacan, 1972: 80].
Lo que quedaba inscrito mas perdido en un conveniente olvido, un resto cuyo retorno era a su vez fuente de inconveniencias, tena que ser recobrado por el nuevo racionalismo con inciertos tanteos, y muchos, asustados y exigiendo una claridad perfecta que tuviera por gua a una luminaria como Virgilio, retrocedan y se resistan a aventurarse por esos senderos. "El status del inconsciente, tan frgil en el plano ntico, es tico. Freud dice: Sea como fuere, hay que ir a ver, porque, en alguna parte, el inconsciente se muestra" [Lacan, 1986: 41].
El sapere aude! del Siglo de las Luces deba ser escuchado de nuevo, se tena que ser audaz: "si este hecho os parece inadmisible, o estis habituados a mayores certidumbres y a deducciones ms elegantes, podis dispensaros de seguirme, e incluso creo que haras bien en abandonar por completo el estudio de los problemas psicolgicos, pues es de temer que no encontris en l aquellos caminos exactos y seguros, nicos que estis dispuestos a seguir" [Freud, 197: 103].
Pero qu se iban a poner a buscar all, o ms all? Sujetos de la certeza, o sujetos y esclavizados a la certeza solipsista de la metdica cartesiana en la verificabilidad de la res extensa y la no intromisin de la res cogitans asptica y prstina, autnoma y transparente, no eran, sin embargo, capaces de poner en duda una identidad que haban establecido: certeza, exactitud, verdad y que el lugar donde pensaban fuese otro que ste. Eran incapaces de concebir "la diferencia radical que se abre entre exactitud y verdad, diferencia que separa al psicoanlisis de todas las prcticas que excluyen al sujeto del goce y del sufrimiento implicados en su sntoma, el camino de una ciencia que excluya al sujeto de la palabra y del lenguaje es un camino sin salida" [Miquel Bassols, en Miller, 1997: 8].
Pues bien, algo se les escapaba por ese camino que no haban seguido o con cuyo cierre haban tropezado, y como que era algo importante, porque su falta y la herida que dejaba abierta, no se haca sino ms dolorosa cuanto ms renegada, parapetada o suturada (quizs haban dejado el instrumental dentro). Algo tan real como su venerada "extensin" mucho les dola, y sin embargo, eran incapaces de aprehenderlo, de captarlo, por la paradjica voluntad de no soltarlo, de no dejarlo ir en su deseo de guardarlo, ahogando, dificultando e imposibilitando la comunicacin de su sufrimiento. "El sujeto va mucho ms all de lo que el individuo experimenta subjetivamente, tan lejos exactamente como la verdad que puede alcanzar, y que acaso salga de esa boca que acabis de cerrar ya" [Lacan, 1972: 85]. Ni las sofisticadas palabras de sus ciencias de lo tangible ni la enrevesada jerga hegeliana en sus elevados efluvios barrocos, podan abarcar toda esa realidad, imposible de retener en las manos abiertas como puados de arena seca. Se escurra.
"El inconsciente es lo evasivo, pero logramos circunscribirlo en una estructura, una estructura temporal" [Lacan, 1986: 40]. El de la causa freudiana es un nuevo intento de contencin de lo real. Tomando por trozos los eslabones de la cadena, se acercara a la verdad, pondra cerco a lo real escurridizo, conocer sus determinaciones, su historia. El psicoanalista es historiador que pretende darle sentido a una vida. Su significacin a travs de los significantes que la han configurado. Es la historia de una lengua la que quiere trazar el analista. "Sus medios son los de la palabra en cuanto que confiere a las funciones del individuo un sentido; su dominio es el discurso concreto en cuanto campo de la realidad transindividual del sujeto; sus operaciones son las de la historia en cuanto que constituye la emergencia de la verdad en lo real" [Lacan, 1972: 78].
Ante todo, procede por la introduccin de una regla fundamental: djelo orse, djelo hablar, hable y diga todo, sin callar, diga todo lo que se le ocurra. Es hablar ad libitum, y luego, en algn momento hablar la libido. "Para liberar la palabra del sujeto, lo introducimos en el lenguaje de su deseo, es decir en el lenguaje primero en el cual ms all de lo que nos dice de l, ya nos habla sin saberlo, y en los smbolos del sntoma en primer lugar" [Lacan, 1972: 112]. Y entonces brota, mana, con todo su caudal, y no cede ante los diques que el sujeto sorprendido intenta levantar ante la ruptura del bien guardado silencio: "no es sino con las palabras que el sujeto puede decir lo que casualmente no quera en absoluto decir" [Brodsky, 1980: 7]. Pero al decirlo todo, nos dice que l no es todo l. En el psicoanlisis se objeta "toda referencia a la totalidad en el individuo, puesto que el sujeto introduce en l la divisin, as como en lo colectivo que es su equivalente. El psicoanlisis es propiamente lo que reduce al uno y al otro a su posicin de espejismo" [Lacan, 1972: 111].
Espejismo, cuestin de la imagen, de lo imaginario, de la dada fundamental establecida entre paciente y analista, donde entra a hablar un tercero no invitado, no previsto por el paciente, pero siempre presente y siempre actuante. El analista "escucha a un sujeto que, desbordado por sus propias palabras, no sabe lo que dice: que siempre dice ms o menos de lo que l cree que dice para quien sabe escucharlo. Escucha a un sujeto que no es dueo de su decir, que no es amo de s mismo. Es un sujeto sujetado a un sistema de determinaciones, algunas de las cuales el psicoanlisis intentar descifrar" [Brodsky, 1980: 7].
Aqu, si el psicoanalista es un cientfico, la suya no sera una ciencia "natural", sino la ciencia "humana" de la filologa y la "social" de la lingstica. "El sntoma se resuelve por entero en un anlisis del lenguaje, porque l mismo est estructurado como un lenguaje, porque es lenguaje cuya palabra debe ser librada" [Lacan, 1972: 89]. En este momento, la posicin del psicoanalista es la del lingista, "En cuanto se habla, de hecho uno es hablado por la lengua. El descubrimiento del inconsciente por Freud no es sino esto. Cuando el psicoanalista invita al sujeto a hablar, el sujeto se descubre inmediatamente l mismo hablado por la lengua, como lo ha estado desde siempre" [Miller, 1984: 33].
Son otras voces las que hablan en el analizante: el dilogo que cree sostener intersubjetivamente con el analista, es heteroglsico. "El inconsciente es aquella parte del discurso concreto en cuanto transindividual que falta a la disposicin del sujeto para reestablecer la continuidad de su discurso consciente" [Lacan, 1972: 79]. Sus palabras no las admite primeramente como suyas. Ya son aejas, pero se resistira a reconocerles aire de familia. Un saber que por no sabido cree ignorar y que le es ajeno. "Una palabra es, en realidad, la repeticin del discurso del Otro, es una cita" [Miller, 1997: 50].
El mensaje transportado por esta trama intertextual es que el inconsciente del sujeto es el discurso del otro [Lacan, 1972: 85]. Hay una antropologa subyacente a la experiencia analtica. "El descubrimiento del psicoanlisis es que el lenguaje transforma al individuo humano hasta en su cuerpo, en lo ms profundo de s mismo, que transforma sus necesidades, que transforma sus afectos" [Miller, 1984: 33]. Es tanto una antropologa dialgica como una tanatolgica. "El rasgo fundamental valorizado por la experiencia analtica es que el hombre es un viviente, pero un viviente que habla [Lacan acua el trmino parltre], lo cual incluso tiene consecuencias en su cuerpo, que la estructura esclaviza al sujeto, que lo fragmenta en efectos de significante" [Miller, 1984: 21]. Es ser que habla que se hace ser para la muerte en tanto que sufre por la divisin que introduce el lenguaje entre l y el mundo.
Pero lo que repercute en escisin le era necesario para su mediacin, vehculo de realizaciones y exigencias. "Las necesidades del hombre estn completamente transformadas en l por el hecho de que habla, por el hecho de que dirige demandas al Otro, ese Otro que Lacan llama el Otro omnipotente de la demanda" [Miller, 1984: 22] . Hay por principio una imposibilidad de comunicacin. En cuanto se hace de la palabra para dirigirse a otro, se sujeta al otro. "Lo que busco en la palabra es la respuesta del otro. Lo que me constituye como sujeto es mi pregunta. Para hacerme reconocer del otro, no profiero lo que fue sino con vistas a lo que ser. Para encontrarlo, lo llamo con un nombre que l debe asumir o rechazar para responderme. Me identifico en el lenguaje, pero slo perdindome en l como un objeto" [Lacan, 1972: 117].
En cuanto calla por su sorpresa, niega, en una convulsin por la libertad, ser objeto de sujecin, sta se manifiesta en sntoma que contina hablando, interfiriendo su voz con lo que se pretenda tener el control de decir. Luego, principio y necesidad de una imposibilidad: falla structurale y structurelle. Si al psicoanlisis le subyace una antropologa, debatida entre placer y goce, entre pulsiones de Eros y Thanatos, ante todo es la lgica de una cura. "La cura es un proceso fundamentalmente intersubjetivo en el curso del cual el sujeto es llevado a reestablecer la continuidad de su historia que el sntoma interrumpe. La cura opera porque permite dar significacin retroactiva a lo que permaneci opaco para el sujeto en su experiencia" [Miller, 1984: 15].
El sujeto reconoce sus recorridos, sus determinaciones. A la pregunta qu soy yo para el otro?, contrapone qu es el otro para m?. Cul es en l el lugar de sus experiencias. El cuestionamiento de la posicin de un sujeto con relacin al yo de su discurso. Qu soy yo y mis circunstancias sino yo? "El hecho de ser psicoanalizado, no se trata de ninguna otra cosa sino de conocer su historia" [Lacan, 1957: 10]. Esta historia es la historia del propio deseo, y lo que de la cura analtica se espera es el reconocimiento de esta historia, no la "ortopedia" de un yo imaginario, reforzado slo para servir de suela a zapato ajeno. Adaptado, calzado a la medida de la voluntad de poder de otros sujetos naturalizada como lo real. "La meta de toda salud no consiste como se cree en adaptarse a un real ms o menos definido, organizado, sino en hacer reconocer su propia realidad, en otras palabras, su propio deseo" [Lacan, en Brodsky, 1980: 8]. El analista no es director espiritual, no es agente colonial ni funcionario del Estado omnipotente. Sin embargo, el analizante insiste en poner en l saber que es suyo, el que debe producir por s mismo para reconocer su deseo, que pone en el otro, que "debe" saber "algo" que "no me dice", "qu es lo que sabr?", "dgame ya qu me pasa!". Pero, es que habr procurado orse? Cul es su relacin con "su" palabra? La palabra de otro
"El analista tiene la funcin de garantizar la experiencia analtica, es decir que interviene legtimamente en tanto que Otro, en tanto que amo, maestro cuando se trata de mantener el marco de la relacin analtica, y que en el seno de este marco es el paciente quien realiza un trabajo, una tarea que toma tiempo. El acto en tanto que simblico corresponde al psicoanalista, consiste en plantear el axioma: todo tiene una causa. El trabajo, la produccin estn del lado del analizante" [Miller, 1984: 99]. Una produccin de la que responde. Al reconocer el propio deseo como propio del sujeto, ste asume la responsabilidad por l aun dentro de sus determinaciones transindividuales.
Si el inconsciente, estructurado como un lenguaje, se extiende como l fuera de las fronteras del propio cuerpo y de su propio tiempo en el mundo, no por ese ms all deja de estar ms ac del sujeto. "Es un error pensar, en el anlisis, que el inconsciente sea el responsable de las cosas por las cuales alguien sufre. Si as fuese destituiramos al sujeto de su responsabilidad" [Miller, 1997: 70]. Y en cuanto es la asuncin de la responsabilidad del propio deseo, se trata de un acto de tica, o de una tica de nuestros actos. "El deseo es solamente susceptible de una tica, tica que Lacan formul en la forma siguiente: no ceder en cuanto a su deseo, y el sntoma es precisamente eso, ceder en cuanto a su deseo" [Miller, 1984: 23].
El psicoanlisis se constituira as como subversin de la epistemologa, en cuanto a que su modelo discursivo no es el de la ciencia. Habr mostrado cunto tiene de filologa, lingstica, medicina, historia, hermenutica, pero el sujeto de la ciencia, homlogo al sujeto del discurso de la histrica, un sujeto que sufre por su divisin, su escisin por el significante, no es lo que busca producir el psicoanlisis, un "mtodo de verdad y de desmitificacin de los camuflajes subjetivos" [Lacan, 1972: 64]. El psicoanlisis teniendo por modelo discursivo al del analista, es una tica, y antes que dividir al sujeto, "lo que produce el psicoanlisis es la subversin del sujeto busca hacerlo surgir para que llegando cada quien a lo imposible de decir que le es particular pueda habrselas mejor con l" [Strozzi, 1999: 267].
El mltiple inters del psicoanlisis no se trata del establecimiento de dilogos entre saberes que se han segmentado. El mltiple inters del psicoanlisis est en el sujeto por fin recobrado, perdido y escindido en el cogito cartesiano. Pero en estos tiempos tras la moda estructuralista, que elimin toda referencia al sujeto y toda opcin a la libertad dentro de la crcel del lenguaje, el del psicoanlisis no es el mltiple inters que genere en cuanto metapsicologa o acto fallido de parasociologa, como figur algn momento en la elaboracin freudiana, ya distinguindose desde all del modelo de la ciencia, al que Bachelard, de hecho, demandaba psicoanalizar. S, la va del psicoanlisis es la introduccin de una tica, en estos tiempos de "post-estructuralismo", vaguedad y nihilismo, donde, peor an que la elisin del sujeto, se proclama la "muerte del hombre". No extraa que pululen pretendientes a superhombres, ms all de la muerte, y que se ofrezcan como nuevos amos para todos los hombres que ya desfallecidos no se dejan or, pues toda ocasin les es negada (no est en el Cdigo la posibilidad de su mensaje no est sino en violacin de una "Constitucin"!). La lgica del nuevo jefe, igualito al anterior, es una tanato-lgica exacerbada, y el significado de las palabras y las condiciones de la convivencia y la comunicacin dependen de la voluntad de poder de estos huevos quebradizos ubicados sobre el muro del lenguaje. Si la promesa terrible de que "ahora todo es posible" es la amenaza del goce sin lmite, el psicoanlisis es, no la exigencia de una revolucin, pero s quiz una urgente necesidad.
Obras consultadas
* Auzias, Jean-Marie (1970): El estructuralismo. Madrid: Alianza Editorial.
* Batista, Guillermo y Viviana Rosenzwit (2002): "E-mailiando con Guillermo Batista". http://www.vivilibros.com/e-mailiando/
* Brodsky, Graciela y Laura Corbaln (1980): Quin es Lacan? Caracas: El Diario de Caracas.
* Cottet, Serge (1988): "Pienso donde no soy, soy donde no pienso". En: G. Miller, ed., Presentacin de Lacan. Buenos Aires: Manantial.
* Freud, Sigmund (197): Introduccin al psicoanlisis. Madrid: Alianza Editorial.
* Lacan, Jacques (1957): "Entrevista con Jacques Lacan" en L'Express. http://ww.eListas.net/foro/tlon
* Lacan, Jacques (1972): "Funcin y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanlisis". En: Escritos I. Mxico: Siglo Veintiuno Editores.
* Lacan, Jacques (1983): "Introduccin del Gran Otro". En: El Seminario Libro 2: El yo en la teora de Freud y en la tcnica psicoanaltica. Buenos Aires: Ediciones Paids.
* Lacan, Jacques (1984): "Posicin del inconsciente". En: Escritos II. Mxico: Siglo Veintiuno Editores.
* Lacan, Jacques (1986): El Seminario Libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis. Buenos Aires: Editorial Paids.
* Leader, Darian y Judy Groves (2000): Lacan para principiantes. Buenos Aires: Era Naciente.
* Len Vivas, Eduardo (2002): "La importancia de la sexualidad en el psicoanlisis". Mimeografiado.
* Miller, Jacques-Alain (1984): Recorrido de Lacan: ocho conferencias. Editorial Hacia el Tercer Encuentro del Campo Freudiano.
* Miller, Jacques-Alain (1990): "La lgica del significante". En: Matemas II. Buenos Aires: Ediciones Manantial.
* Introduccin al mtodo psicoanaltico. Buenos Aires: Editorial Paids.
* Palmer, Bryan D. (1990): Descent into Discourse: The Reification of Language and the Writing of Social History<. Filadelfia: Temple University Press.
* Strozzi, Susana (1989): "Lacan: un hombre de palabra". Suplemento Cultural de ltimas Noticias, n 1106.
* Strozzi, Susana (1999): "Psicoanlisis, ciencia y universidad". En: J. J. Martn Frechilla y Y. Texera Arnal, comp., Modelos para desarmar: Instituciones y disciplinas para una historia de la ciencia y la tecnologa en Venezuela. Caracas: Consejo de Desarrollo Cientfico y Humanstico de la Universidad Central de Venezuela.
Cada dia los haces mas largo, es casi como si no quisieras que te leyera
Pero hay algo en el como escribes que es interesante, me recuerda a un tio escritor, sus mails son toda una historia dignas de contar a quien sea.
Sigues aun sin contestarme la pregunta del comentario anterior... ahora hare una nueva, supongo que solo acumulas las preguntas, pero no me das las respuestas
Que es lo que mas te gusta de la antropologia y de el psicoanalisis?
Otra es, como tienes tanta paciencia para escribir tanto asi en un solo instante?
Que tengas feliz final de semana