La noche siempre fue mi aliada y durante años se preocupo de que no me ocurriera nada.
Pero ahora, la noche es el peor momento del día, pues durante la noche, mis heridas vuelven a sangrar.
Pero, gracias a todas y todos aquellos que me apoyáis en todo momento, en un tiempo, la noche y yo volveremos a ser aliados.
Que seáis muy felices y vuestros sueños se cumplan.