De repente y sin saber por qué, la inspiración y las ganas de dar vida a vuelven a ti sin pedir permiso pero con una sonrisa.
No te obliga ni te presiona, lo único que te pide y necesita es tiempo, cariño, alma y corazón para crecer como es debido,
para que con el tiempo pueda ocupar un lugar privilegiado en un mundo, donde conviven en armonía todos sus hermanos.
Para que puedas sentirte orgulloso de él, para que puedas decir con orgullo, que es hijo tuyo.